El amigo de la Bruja

Durante muchos siglos, en Europa el gato era considerado una criatura maligna, el amigo de las brujas o el discípulo del diablo. La persecución a la que fue sometido resultó tan eficaz, que alrededor del año 1400 el gato estaba casi extinguido. Hoy en día, resulta difícil creer que estos animales fueran tan temidos en toda Europa. La Iglesia tuvo parte de culpa en la "mala prensa" que se creó entorno a estos magníficos seres, ya que se opuso a sus vínculos paganos. En el antiguo Egipto, la antigua Roma y en la Escandinavia pagana, el gato se asociaba a la fertilidad, al placer y a la buena fortuna.

Allí donde hay insectos hay un gato preparado para atacar y matar. Los egipcios se dieron cuenta hace 3500 años de que los gatos protegían sus graneros de los ratones hambrientos y las ratas. Se cree que si los gatos no hubieran estado a punto de extinguirse en la Edad Media, la peste negra que surgió a consecuencia del incremento de las ratas no habría terminado con un tercio de la población europea. Los gatos continúan siendo beneficiosos allí donde hay insectos, tanto en granjas como en hogares.