Los berserkers fueron guerreros vikingos, terribles, feroces, que iban al combate semidesnudos cubiertos de pieles de animales (de osos, lobos y venados mayormente); de ahí que el nombre de dichos guerreros significa "camisa de oso".
Éstos hombres, entraban al combate en trance, poseídos por el odio, insensibles al dolor, y llegaban a morder sus escudos, aullar como los animales y a echar espuma por la boca. Se lanzaban al combate con furia ciega, incluso sin armadura ni protección alguna, la sola presencia de éstos, atemorizaba a sus enemigos e incluso a sus compañeros de batalla.
Las leyendas vikingas cuentan que en todas las tropas nórdicas existían un grupo de doce berserkers, que tenían la capacidad de no sufrir heridas y seguir luchando durante días con el mismo ímpetu que al empezar la batalla. Se desconoce casi con exactitud sobre el origen de los berserkers. Algunos los creen integrantes de una secta seguidora de Odín, adoradores de osos o lobos. Otros, por el contrario, creen que eran simplemente elegidos. Lo único seguro es que su resistencia al cansancio y al dolor provenía de la ingesta de un hongo (amanita muscaria), o por la ingesta de pan o cerveza contaminados por cornezuelo del centeno, con alto contenido en compuestos del ácido lisérgico (precursor del LSD) que los sumía en un estado de paroxismo en el que prácticamente no distinguían entre amigos y enemigos. Cuando morían, tenían un lugar privilegiado en el Valhalla, el paraíso de los vikingos, a la derecha de su amado Odín.
Tras la batalla el frenesí se esfumaba y su agotamiento se hacía palpable. Ese era el único momento en que se les podía vencer.
Estaban muy solicitados en tiempo de guerra, aunque los vikingos en general no les consideraban compañeros de armas, ya que el modo de actuar de los berserkers poco tenía que ver con la ética del guerrero, donde primaban los conceptos de lealtad y fidelidad, astucia e inteligencia.
Debido a su apariencia (envueltos en pieles de animales) y a su fiero modo de actuar en la batalla se les considerara mitad hombre mitad bestia y esto ha sido uno de los pilares a la hora de crear la leyenda de los hombres lobo.
Con el tiempo, los berserker acabarían convirtiéndose en guerreros feroces ansiosos de sangre capaces de llevar a cabo todo tipo de crímenes y atrocidades, pero en un principio fueron castas de guerreros magos consagrados a Odín, cuyo nombre procede de un vocablo, ódr, que viene a significar furia, éxtasis, sabiduría mágica e inspirada. Fueron marginados por la sociedad por que se les consideraban locos, y a causa de una leyenda que recorría los países nórdicos que contaba que se convertían en hombres lobo, como he citado antes, motivó que se les temiera más y se les recluyera, ya en la cristiandad, por considerarlos poseídos por el diablo.
